jueves, 24 de octubre de 2013

Diafragma y velocidad

Apertura + Velocidad + Sensibilidad = la Ecuación Perfecta

Los tres elementos de la ExposiciónA la hora de ajustar la cantidad de luz que accede a nuestro sensor a través del objetivo tenemos tres elementos: la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad ISO.
La apertura del diafragma define el ancho del tubo por el que pasa la luz y se mide mediante una nomenclatura denominada números f que probablemente hayáis visto en vuestros objetivos. Cuanto más ancho, más luz entra a la vez, y menos tiempo necesitamos que el diafragma esté abierto para conseguir una misma exposición.
Pero el hecho de usar una mayor o menor abertura afecta a la zona nítida y borrosa que se apreciará posteriormente en nuestras fotos: es lo que se denomina profundidad de campo.
La profundidad de campo efectiva dependerá de una combinación de la apertura, la distancia focal que estemos utilizando, y la distancia a la que estemos del objeto que estamos enfocando en la escena.
La velocidad de obturación es uno de los tres elementos que nos permiten definir la cantidad de luz que vamos a dejar pasar al sensor.
Para que entiendas como funciona, imagina un grifo. La velocidad de obturación controla el tiempo que vas a tener abierto el grifo. Para un determinado grosor de la tubería por la que pasa el agua, con la velocidad de obturación determinaremos el tiempo que tendremos abierta la tubería y, por consiguiente, la cantidad de agua que pasará.
En fotografía, ocurre exactamente lo mismo, pero con luz en lugar de agua. La velocidad de obturación determina el tiempo que tendremos abierto el diafragma, marcando la cantidad de luz que dejaremos pasar hasta el sensor.

La velocidad permite recoger el movimiento pero, además de ser uno de los parámetros que nos permite ajustar una correcta exposición, el uso de la velocidad de obturación nos dota de un elemento compositivo que nos permitirá trasladar información adicional en nuestra foto: el movimiento.

En función de la velocidad seleccionada, podremos congelar el movimiento o recogerlo en nuestra foto, y esto nos facilita una dimensión adicional: la temporal.
Con ello, podemos jugar a la hora de hacer fotos. Seremos capaces de decir en una foto qué está quieto o qué se mueve, podremos congelar ciertas acciones para mostrar cosas que nuestros ojos no son capaces de apreciar normalmente, o podremos eliminar elementos de nuestra escena cuando no queramos que aparezcan.
El uso del movimiento y cierto conocimiento y control en el uso de la velocidad se convertirán en potentes aliados a la hora de hacer fotos. Y es que aprovechándonos de un correcto uso de la velocidad de obturación podremos trabajar técnicas como el barrido, eliminar elementos no deseados de nuestras fotos o aprovechar la luz en movimiento para añadir interés en nuestras fotos.

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